Salmo 65 |
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Gratitud de Israel
1*Al maestro de coro. Cántico. Salmo.
2Aclamad
a Dios con júbilo, tierras todas;
cantad salmos a la gloria de su Nombre;
dadle el honor de la alabanza.
3Decid
a Dios:
“¡Cuan asombrosas son tus obras!”
Aun tus enemigos te lisonjean
por la grandeza de tu poder.
4*Prostérnese
ante Ti la tierra entera
y cante tu Nombre.
5*Venid
y contemplad las hazañas de Dios;
sublime en sus designios sobre los hombres.
6*Trocó
en tierra seca el mar;
el rio fue cruzado a pie enjuto.
Alegrémonos en Él.
7Reina
con su poderío para siempre;
sus ojos observan a las naciones,
para que los rebeldes no levanten cabeza.
8*Bendecid,
oh naciones, a nuestro Dios,
y haced resonar su alabanza,
9porque
Él mantuvo en vida a nuestra alma,
y no dejó que vacilara nuestro pie.
10Pues
Tú nos probaste, oh Dios,
nos probaste por el fuego,
como se hace con la plata.
11Nos
dejaste caer en el lazo;
pusiste un peso aplastante
sobre nuestras espaldas.
12*Hiciste
pasar hombres
sobre nuestra cabeza;
atravesamos por fuego y por agua;
mas nos sacaste a refrigerio.
13Entraré
en tu casa con holocausto,
y te cumpliré mis votos,
14los
que mis labios pronunciaron
y prometió mi boca
en medio de mi tribulación.
15*Te
ofreceré pingües holocaustos,
con grosura de carneros;
te inmolaré bueyes y cabritillos.
16*Venid,
escuchad todos
los que teméis a Dios;
os contaré cuan grandes cosas
ha hecho por mí.
17*Clamé
hacia Él con mi boca,
y su alabanza estaba pronta en mi lengua.
18Si
mi corazón
hubiera tenido en vista la iniquidad,
el Señor no me habría escuchado;
19pero
Dios oyó;
atendió a la voz de mi plegaria.
20*Bendito
sea Dios,
que no despreció mi oración
y no retiró de mí su misericordia.
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1 ss. Según los LXX y la Vulgata se llama en el
epígrafe:
Salmo y Cántico de la Resurrección, y así es
llamado hoy todavía en la Iglesia griega, sin
duda por los versículos 8 s. en que Israel
invita a las naciones a celebrar con él a Dios,
como en los Salmos 95-98. por algo que le es de
gran trascendencia, significando la derrota
definitiva de sus enemigos (versículos 7 y 17).
Es ignorado en absoluto ese importante
acontecimiento que parece recalcado por la nota
“selah”
que va en tres de las cinco estrofas, y Fillion
dice que “es imposible determinar, ni aun
aproximadamente, cuál pudo haber sido esa
liberación, siendo cierto al menos que no se
trata aquí del fin de la cautividad babilónica,
pues ningún detalle señala su recuerdo.”
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4. La
tierra entera. Como observa Calès, “Israel
sabe que un día debe salir de él la salvación
para todos los otros pueblos, y por eso los
invita aquí a bendecir a Yahvé por un inmenso
beneficio que ha recibido”. De ahí que “todo
este pasaje es mesiánico pues profetiza, al
menos de una manera indirecta, la conversión de
todos los pueblos al verdadero Dios” (Fillion).
Cf. Salmo 71, 11.
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5.
Sublime: El adjetivo, más que para los
designios, se usa como alabanza al mismo Dios
que los concibió. Así también Calès, Ubach, etc.
Los LXX y la Vulgata dicen:
terrible,
refiriéndose a la venganza que Él ha tomado
sobre los enemigos de Israel. En esta
predilección que muestra Dios por su pueblo,
como la muestra también por las almas débiles,
perseguidas, humildes, llegando en su
misericordia con sus amigos hasta tomar
terribles venganzas sobre sus enemigos, vemos
explicado un punto fundamental de la doctrina
evangélica: si Jesús prohíbe toda venganza y
hace obligatorio el perdón, aun hasta la
renuncia del propio derecho, no es para que
triunfe impunemente la injusticia, sino porque
Dios se encarga de la venganza. Véase por una
parte Mateo 5, 39 ss.; 6,14; 7,2; Eclesiástico
28, 1 ss.; Romanos 14.4; I Corintios 6, 6 s.; y
por la otra Romanos 12, 19; I Tesalonicenses 4,
6; II Tesalonicenses 1, 6-8; Salmos 67, 6; 102,
6; 108, 1.
*
6. Alusión a dos episodios importantes de la
historia de Israel para confirmar la idea
general del Salmo (cf. Salmo 67 y nota): la
salida de Egipto con el paso del Mar Rojo (Éxodo
14 y 15), y la entrada de los hebreos en
Palestina con el paso del Jordán (Josué 3,
5-47).
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8 s. En estos dos versículos se contiene íntegro
el breve Salmo 116 en que Israel, colmado de
gratitud, invita, como es frecuente en los
Salmos mesiánicos, a las naciones gentiles para
que alaben a Dios por las maravillas que ha
obrado con él. “Es sin duda porque la vocación
privilegiada de Israel debe terminar finalmente
en la salvación de todo el universo” (Calès).
Mantuvo en
vida: Nácar Colunga:
Él ha
conservado nuestra vida, es decir, sin que
perezcamos del todo (cf. versículo 20 y nota) no
obstante los grandes desastres que recuerda a
continuación. Así vemos aún hoy a ese pueblo
como un testimonio, como el “reloj de Dios a
través de la historia”. Cf. Romanos 11, 15 y 25.
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12. En los monumentos egipcios y asirios vemos
cómo el vencedor en su carro triunfal pasa sobre
los cuerpos de los vencidos. Véase sobre esa
humillación de Israel la promesa del profeta
Isaías (51, 23).
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15 Cf. Salmo 50, 21; Ezequiel 44, 18, etc.
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16. Preciosa lección que coincide con la del
arcángel Rafael (Tobías 12, 7) y la del mismo
Jesucristo al endemoniado de Gerasa (Lucas 8,
39). De ahí la norma: “Contemplata aliis
tradere”, que propone Santo Tomás de Aquino para
la predicación: trasmitir a los demás las luces
que Dios nos ha dado en la oración y el estudio
de sus divinas Palabras.
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17 s.
Estaba pronta, etc.: Así el Texto Masorético
(Calès, Vaccari, etc.). Cf. Zacarías 12, 10;
Ezequiel 11, 19; 36, 26, etcétera. Ubach lo
señala igualmente, si bien prefiere el texto
crítico según Duhm, que traduce:
Él me exaltó por sobre los que me odian, y supone que el estiquio
debe agregarse como complemento al versículo 12.
Sobre esta disposición para orar (versículo 18),
véase Santiago 4, 8; I Juan 3, 21 s.; 5, 14 s.
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20. Y no
retiró de mí su misericordia: Como en el
versículo 9, Israel se congratula de que su Dios
no dejó que su caída fuese para siempre. Véase
lo que Dios dice a David sobre Salomón en II
Reyes 7, 14 ss., comparándolo con el réprobo
Saúl (cf. Salmo 88, 31-38). Es lo que vemos
también en los versículos 13 y 18 del Salmo 117
(citado por Jesús en Mateo 23, 39), de asunto
semejante al del presente Salmo, cuyo
universalismo (cf. versículos 5 y 6), conviene a
la época en que profetizaba Isaías, el vidente
mesiánico por excelencia, que “vio con su grande
espíritu los últimos tiempos y consoló a los que
lloraban en Sión” (Eclesiástico. 48, 27 s.). Cf.
Isaías 35, 5 y nota. Ello confirma que se asigne
a este Cántico una fecha anterior al cautiverio
de Babilonia.
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