Salmo 42 |
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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)
Continuación del anterior
1*Hazme
justicia, oh Dios,
y aboga en mi causa
contra un pueblo impío;
líbrame del hombre inicuo y doble.
2Pues
Tú, oh Dios, eres mi fortaleza;
¿por qué me desechaste?
¿por qué he de andar afligido,
bajo la opresión del adversario?
3*Envíame
tu luz y tu verdad;
que ellas me guíen
y me conduzcan a tu santo monte,
a tus tabernáculos.
4*Así
llegaré al altar de Dios,
al Dios que es la alegría de mi gozo;
y te alabaré al son de la cítara
oh Dios, Dios mío.
5
¿Por qué estás afligida, alma mía,
y te conturbas dentro de mí?
Espera en Dios,
pues aun he de alabar
al que es mi salvación, mi Dios.
*
1. .Este Salmo, con que comienza la Misa, es
continuación del anterior. El conjunto forma
tres partes terminadas por un mismo refrán: 41,
1-6; 7-12; 42, 1-5. Sobre el probable autor, cf.
nota 1 del Salmo 41,
¡Hazme
justicia... y aboga en mi causa! ¿Quién, que
no fuese Él admitiría que se le invocase como
abogado y juez a un tiempo?
*
3. Tu luz
y tu verdad: San Agustín pone a estas
palabras la siguiente glosa: “Invocando la
verdad y la luz de Dios, sentimos que sus
destellos han descendido hasta nosotros para
remontarnos a Él. Dios es esencial verdad y
esencial lumbre (I Juan 1, 5), y la inquietud y
la sed del alma por la luz es inquietud y sed de
Dios mismo.” De ahí que sea digno de respeto y
agradable a Dios todo hombre que busca
sinceramente la verdad. Jesús enseña que un tal
hombre acabará sin duda por encontrarla (Juan 7,
17 y nota).
“Tu santo
monte”: El monte Sión, en el que está el
Tabernáculo del Señor. Tiene también este Salmo
un sentido eucarístico, mostrándonos cómo la luz
y la verdad de Dios que hallamos en las
Escrituras reveladas, son el camino digno hacia
el Sacramento del Altar, pues la divina Palabra
aumenta la fe (Romanos 10, Í7), por la cual
vamos al amor (Gálatas 5, 6). A su vez en la
Comunión pedimos que ella nos confirme en la luz
de la verdad. Véase la Poscomunión del 13 de
agosto y la Imitación de Cristo, IV, 11.
*
4. La
alegría de mi gozo (así también San
Jerónimo), es decir, lo que hace que mi gozo sea
realmente tal. Como se ve, la expresión es
bellísima, y no se trata de que Dios alegre
solamente nuestra juventud, como dice la
Vulgata, pues Él alegra también nuestra vejez,
que es cuando más lo necesitamos (cf. Salmo 70).
El texto Vulgata quedaría igual al hebreo con
decir jucunditatem, en lugar de
juventutem. Bover-Cantera vierte: El Dios de
mi
alegrona y de mi regocijo.
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