Iglesia Remanente

Salmo 51

       

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Salmo 51 (52)

Contra la lengua intrigante y prepotente

1*Al maestro de coro. Maskil de David.

2Cuando Doeg, el idumeo, fue a decir a Saúl: “David ha entrado en la casa de Aquimelec.”

3* ¿Cómo haces alarde de maldad,

oh prepotente, contra el justo?

¡En todo tiempo hay Dios!

4Tu lengua, maquinando ruinas,

es como afilada navaja, oh artífice del dolo.

5Prefieres el mal al bien

y la falsedad al lenguaje sincero.

6Amas todas las palabras que hieren,

lengua pérfida.

 

7Por eso Dios te destruirá;

te quitará de en medio para siempre;

te arrojará de tu tienda

y te arrancará de la tierra de los vivientes.

 

8Al ver esto los justos temerán,

y se reirán (diciendo):

9* “He aquí el hombre

que no hizo de Dios su baluarte,

sino que confió

en la multitud de sus riquezas

y llegó a ser poderoso por sus crímenes.”

 

10*Mas yo, como olivo lozano

en la casa de Dios,

confío en la bondad divina para siempre.

11*Por los siglos te alabaré porque obraste,

y proclamaré tu Nombre porque es bueno,

a la vista de tus santos.



* 1 ss. Perseguido por Saúl, David se había refugiado en Nobe, donde estaba el Tabernáculo y donde el Sumo Sacerdote Aquimelec lo acogió y proveyó de pan y armas. Denunció este hecho a Saúl el idumeo Doeg, quien fue entonces encargado por aquél de dar muerte a Aquimelec y a otros ochenta sacerdotes, lo que realizó del modo más repugnante contra aquel modelo de pastor (I Reyes 22, 6 ss.). David, enterado por Abiatar del infame suceso, habría dirigido aquí su indignado apostrofe y su confianza en Dios vengador. Algunos exégetas sostienen que el título (versículo 2) se trasladó erróneamente de otro Salmo y que aquí se trata de la traición de un levita. Ubach opina que el Salmo “es obra de un sacerdote o levita del Templo de Jerusalén, perseguido y calumniado por un enemigo prepotente y miembro probablemente de su misma clase”. Sobre el epígrafe Maskil (Vulgata: Salmo de Inteligencia), véase Salmo 31, 1 y nota.

* 3 ss. Texto incompleto. Otras versiones dicen irónicamente con el versículo 3 b: oh héroe de ignominia, y suprimen como texto dudoso la subsiguiente referencia a Dios, que nos parece la más adecuada al contexto (versículo 7 ss.; Salmo 52, 2). Cf. Crampón. La pintura que sigue es de la mayor elocuencia y tonifica nuestra fe al mostrarnos que sólo en el invisible pero indefectible brazo de nuestro Padre celestial está la eficaz protección del justo contra el poderoso cuya causa parece triunfar en este mundo. Cf. los Salmos 36, 48, 72, etc.

* 9. ¡He aquí el hombre! Puede ser el retrato de muchos mundanos. Compárese con la misma expresión aplicada por Pilato a Jesús doliente: ¡Ecce Homo! (Juan 19, 5).

* 10. El olivo es símbolo de la felicidad. El salmista opone a la prosperidad, efímera del traidor las bendiciones de que goza el hombre fiel que confía en la bondad del Padre (Salmo 32, 22 y nota). En ambos tipos podría verse aquí el contraste entre el espíritu de Saúl y el de David.

* 11. Porque obraste: Una vez más el salmista nos muestra que su oración ha sido escuchada. La mano poderosa de Yahvé, que nos parece mirarlo y tolerarlo todo pasivamente, ha obrado como Él solo sabe (cf. Lucas 1, 51 ss.), mientras el creyente buscaba su fuerza en la confiada quietud. Cf. Salmo 36, 5 s.; Eclesiástico 2, 2; Isaías 30, 15. Porque es bueno: Tal es el mejor elogio y la alabanza que más le agrada (cf. Salmos 53, 8; 135, 1 ss.). ¡Qué sería de nosotros, propiedad suya y nacidos sin nuestra intervención ni voluntad, si, en lugar de ese Dios bueno que así se nos revela en sus propias palabras, hubiéramos descubierto que Él, omnipotente y soberano, era un espíritu maléfico semejante a Moloc y Baal y que nos había creado para gozarse en nuestro mal! Dios trata bien a sus amigos. En cambio el mundo los trata mal, pero el Señor los libra de toda tribulación (Salmo 33, 20).