Iglesia Remanente
Isaías 46


1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28
29 30 31 32 33 34 35
36 37 38 39 40 41 42
43 44 45 46 47 48 49
50 51 52 53 54 55 56
57 58 59 60 61 62 63
64 65 66        


Destrucción de los ídolos de Babilonia

1*Bel se dobla, Nebo se encorva;

sus imágenes son puestas

sobre bestias y jumentos;

esos (ídolos) que solíais llevar,

son para las bestias carga abrumadora.

2Se encorvan y se postran a una,

no pueden salvar al que los lleva,

porque ellos mismos son llevados cautivos.

3*Escuchadme, casa de Jacob,

y todo lo que queda de la casa de Israel;

vosotros, los que llevo Yo desde el nacimiento,

y que sois mi carga desde el seno materno.

4Hasta vuestra vejez soy Yo el mismo,

y os soportaré hasta que encanezcáis.

Ya lo hice, y seguiré llevándoos;

cargaré con vosotros y os salvaré.

5¿A quién queréis compararme?

¿A quién igualarme?

¿Con quién parangonarme, para que seamos semejantes?

6Sacan ellos del bolsillo el oro,

y pesan la plata en la balanza;

pagan a un platero,

para que les haga un dios,

ante el cual se postran y adoran.

7Lo cargan sobre los hombros y lo llevan,

lo colocan en su lugar y allí se queda,

sin moverse de su sitio.

Aun cuando le invocan no responde,

ni los salva de la tribulación.

8*Recordad esto, y sed hombres; tenedlo en cuenta,

oh transgresores de la Ley.

9Acordaos de lo que pasó desde los tiempos antiguos;

que Yo soy Dios, y no hay otro.

Yo soy Dios, y no hay

quien sea semejante a Mí.

10*Yo anuncio desde el principio lo que ha de venir,

y mucho tiempo antes lo que aún no se ha hecho.

Yo digo: “Mi designio subsistirá,

ejecutaré toda mi voluntad.”

11*Yo llamo del Oriente un ave de rapiña,

y de tierra remota a un varón que Yo he designado.

Lo he dicho y lo cumpliré,

lo he ideado, y lo voy a realizar.

12Escuchadme hombres de duro corazón,

que estáis lejos de la justicia.

13Yo hago venir mi justicia, que no está lejos,

y mi salvación que no tardará.

Yo pondré en Sión la salud,

y mi gloria en Israel.



* 1. Bel y Nebo, los dioses principales de Babilonia, eran llevados en hombros y, como demuestran los relieves, también en carros, por las calles de la ciudad. La imagen de la diosa Istar (Astarté) de Nínive fue llevada en procesión hasta Egipto, para hacer allí “milagros”. Cf. versículo 7; Baruc 6, 3 y 25.

* 3 s. Notemos la ternura e infinita delicadeza de esta expresión divina: Ya no seremos nosotros quienes lo llevemos en brazos como a los ingratos ídolos (versículo 2), sino que es Él quien nos lleva a nosotros. Desde el seno materno; esto es, desde el principio, hasta la vejez (versículo 4). Cf. Salmos 22, 6; 70, 17-18. Estas expresiones de ternura “nos indican cuan maternal es la providencia de Dios, su íntimo amor y sus cuidados, superiores a los de una madre. Dios no sólo alimenta el cuerpo, sino también al alma, y la fortifica con su gracia, su doctrina, sus inspiraciones, su palabra, sus sacramentos, su sangre, su cuerpo, su alma y su divinidad. Como una madre, Dios forma al cristiano en el seno de la Iglesia, le da la vida, lo amamanta, lo acaricia, le presta calor en su regazo, lo educa, lo instruye, lo dirige hasta que pueda conducirlo al cielo”.

* 8. Tenedlo en cuenta; literalmente: entrad en vosotros mismos. Entrando en nosotros mismos desaparece la ilusión y nos vemos tal cual somos. Jesús dijo bien claro lo que encontramos en nuestros corazones: malos pensamientos, fornicaciones, hurtos, homicidios, adulterios, codicias, perversidades, dolo, deshonestidad, envidia, blasfemia, soberbia, insensatez (Marcos 7, 21 y 22). Por todo esto nos alejamos de Dios, y a esto se deben todos los males (Jeremías 12, 11), porque lo primero que guardemos ha de ser el corazón (Proverbios 4, 23). Si huimos de “la fascinación de la bagatela” (Sabiduría 4, 12; Salmos 118, 37), jamás nos alejaremos de Dios.

* 10. Sobre esta potestad exclusiva de Dios véase 41, 21 ss. y nota. No puede menos que asombrar a los creyentes el ver cuántos pensadores y teorizadores exponen su visión personal sobre el futuro del mundo sin recordar para nada los anuncios de Cristo y las profecías de la Sagrada Escritura, ¡Cuántos auguran tiempos halagüeños, con optimismo humanista (Jeremías 5, 31; 6, 14; 14, 14; 23, 16, etc.) sin pensar que San Pablo y el mismo divino fundador de la Iglesia tienen anunciada la más tremenda apostasía! (cf. Lucas 18, 8; 17, 26 ss.; II Pedro 3, 3 ss.; Mateo 24, 4 ss.; II Tesalonicenses 2, 3 ss.; I Timoteo 4. 1 ss.; II Timoteo 3, 1, etc.). San Pablo enseña también que tales maestros tendrán éxito (II Timoteo 4, 3 s.), en tanto que él es “mirado como enemigo por decir la verdad” (Gálatas 4, 16). Véase Juan 5, 43.

* 11. El rey de los persas volará con la rapidez de un águila para ejecutar el castigo de Dios contra Babilonia. Jenofonte relata que Ciro y sus sucesores llevaban el águila en sus estandartes.