| Isaías 4 | 
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							Visión del reino mesiánico
							1*En 
							aquel día siete mujeres 
							echaran mano de un solo hombre, diciendo: 
							“Comeremos nuestro propio pan 
							y con nuestra ropa nos vestiremos; 
							tan sólo déjanos llevar tu nombre; 
							quítanos el oprobio.” 
							2*En 
							aquel día el Pimpollo de Yahvé será la magnificencia 
							y gloria, 
							el fruto de la tierra, la grandeza y el orgullo 
							de los de Israel que se salvaren. 
							3*Entonces 
							los restos de Sión 
							y los que quedaren en Jerusalén, serán llamados 
							santos: 
							todos los que están inscritos para la vida en 
							Jerusalén. 
							4Cuando el Señor haya lavado 
							la inmundicia de las hijas de Sión, 
							y limpiado a Jerusalén de la sangre que está en ella, 
							mediante espíritu de juicio y espíritu de fuego, 
							5*Yahvé 
							creará sobre toda la extensión del monte Sión, 
							y sobre sus asambleas, 
							una nube sombría de día, 
							y durante la noche un resplandor de fuego ardiente, 
							porque toda la gloria quedará cubierta; 
							6*y 
							habrá un tabernáculo para dar sombra contra el calor 
							del día, 
							y refugio y abrigo contra la tormenta y la lluvia.  
									
									
									
									
									* 
									1. Siete mujeres echarán mano de un solo 
									hombre, para que las tome por esposas. 
									Expresión de espantosa desolación a causa de 
									las guerras que privarán a esas mujeres 
									lujuriosas (cf. 3, 18) de maridos. De este 
									modo quedarán sin hijos y sin herederos de 
									sus bienes. Era esto el oprobio más grande 
									para la mujer hebrea. Los hechos demuestran 
									que Dios ha reservado el mismo castigo para 
									las mujeres cómodas de hoy. 
									
									
									
									
									* 
									2. En el Pimpollo y el fruto de la 
									tierra no sólo ha de reconocerse el 
									resto del pueblo judío que sobrevivirá a la 
									ruina, sino con los Santos Padres, el 
									Mesías, llamado con nombres semejantes en 
									varias profecías (Isaías 11, 1 y 10; 53, 2; 
									Jeremías 23, 5: 33, 15; Zacarías 3, 8; 6, 
									12). Para Fray Luis de León “Pimpollo” es el 
									primero de los nombres de Cristo, “sin que 
									en ello pueda haber duda ni pleito” (Nombres 
									de Cristo). 
									
									
									
									
									* 
									3. Los restos de Sión: “Después de 
									vaticinar la devastación espantosa de Judá y 
									Jerusalén, en castigo de sus injusticias y 
									de su orgullo, acaba prometiendo días 
									gloriosos de restauración para el pequeño 
									resto, que recibirá la gracia del Señor 
									después de haber escapado de la justicia 
									vengadora” (Nácar-Colunga). Inscritos 
									para la vida; llamados y destinados para 
									el reino mesiánico. Véase Hechos de los 
									Apóstoles 13, 48. Cf. Éxodo 32, 32; Salmos 
									138, 16; Daniel 12, 1. 
									
									
									
									
									* 
									5 s. Alusión a la nube que conducía 
									al pueblo de Israel por el desierto. La nube 
									que descansaba sobre el Tabernáculo, de día 
									los defendía de los ardores del sol, de 
									noche empero resplandecía luminosamente 
									(Éxodo 13, 21 ss.,- Números 9, 15). 
									
									
									
									
									* 
									6. Un tabernáculo, etc.: “un pabellón 
									para proteger a la Sión mística de los rayos 
									del sol… Dios preservará a sus amigos no 
									sólo de grandes calamidades, sino también de 
									los disgustos más pequeños, de modo que la 
									felicidad será perfecta. La Jerusalén del 
									fin de los tiempos será como el 
									restablecimiento del paraíso terrestre” 
									(Fillion). 
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