Ester 4 |
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8 | 9 | 10 | 11 | 12 | 13 | 14 |
15 | 16 |
Consternación de los judíos
1*Cuando
Mardoqueo supo lo sucedido, rasgó sus vestidos, se
cubrió de saco y ceniza, y yendo por medio de la ciudad
y dando alaridos grandes y amargos, 2llegó
hasta delante de la puerta del rey, pues nadie podía
franquear la puerta del rey vestido de saco. 3En
todas las provincias, dondequiera que llegó la orden del
rey y su edicto, hubo entre los judíos gran duelo y
ayuno y lágrimas y llanto, acostándose muchos en saco y
ceniza.
4Cuando
las siervas y
eunucos vinieron a darle parte a Ester, la reina
se atemorizó mucho, y envió vestidos a Mardoqueo para
que los vistiese y se quitase el saco; más él no los
aceptó. 5Entonces Ester llamó a Atac, uno de
los eunucos que el rey había designado para asistirla, y
le envió a preguntar a Mardoqueo, para saber qué era eso
y por qué lo hacía. 6Fue Atac a Mardoqueo,
que estaba en la plaza de la ciudad, delante de la
puerta del rey. 7Y Mardoqueo le contó todo lo
que había acontecido, indicándole también la suma de
dinero que Amán había prometido pagar a la tesorería del
rey, para poder exterminar a los judíos. 8*Le
dio también copia del edicto que se había promulgado en
Susa para exterminarlos, a fin de que lo mostrase a
Ester, para su información, y la exhortase a presentarse
al rey a pedirle compasión y rogarle por su pueblo.
9Vino
Atac a referir a Ester lo que había dicho Mardoqueo.
10Entonces respondió Ester a Atac, y le mandó
decir a Mardoqueo: 11 “Todos los servidores
del rey, y la gente de las provincias del rey, saben que
hay una ley, según la cual cualquiera persona, hombre o
mujer, que se presente al rey en el atrio interior, sin
ser llamada, será entregada a la muerte, salvo que el
rey extienda hacia ella el cetro de oro para que viva; y
yo no he sido llamada para ir al rey en estos treinta
días.”
Mardoqueo pide la intervención de Ester
12Cuando
refirieron a Mardoqueo las palabras de Ester, 13*éste
mandó que respondiesen a Ester: “No vayas a imaginarte
que tú, por estar en la casa del rey, te salvarás
(sola) de entre todos los judíos; 14pues
si ahora callas, socorro y libertad para los judíos
vendrá de otra parte, más tú y la casa de tu padre
pereceréis. ¿Y quién sabe si no es para un momento como
este que tú has llegado a la realeza?”
15Entonces
Ester mandó a Mardoqueo esta respuesta: 16*
“Ve, y junta a todos los judíos, cuantos estén en Susa;
y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis durante tres
días, ni de noche ni de día. Yo también ayunaré del
mismo modo con mis siervas; y después iré al rey, aunque
no sea conforme a la ley; y si debo morir, moriré.”
17*Con
esto Mardoqueo se fue e hizo cuanto Ester le había
encargado.
*
1. Señales de luto, acostumbradas entre los
judíos. Saco (Vulgata: cilicio):
una tela áspera y oscura, hecha de pelo de
camello o de cabra. Cf. Génesis 37, 34; II Reyes
3, 31; III Reyes 21, 27; IV Reyes 6, 30: Jonás
3, 6.
etc.
*
8. Después de este versículo, debe leerse, como
suplemento, el capítulo 15, 1-3, con la
exhortación de Mardoqueo a Ester.
*
13 s. Esta amenaza de Mardoqueo podía hacer
dudar de la santidad de Ester, pero ella se ve
claramente en 14, 15-18.
*
16. Tanto Ester como Mardoqueo ponen su única
confianza en el Señor, cuya benevolencia
imploran con ayuno y oración, armas que hacen
violencia a Dios (ver Tobías 12, 8). El ayuno y
la oración, dice San Bernardo, tienen alas y
penetran en el cielo hasta llegar al trono de
Dios. Ester exhorta a su pueblo a la oración
pública. Dice un autor sagrado: “Las oraciones
públicas son más poderosas ante Dios que las
demás, porque entre la muchedumbre siempre hay
justos mezclados con los pecadores, y Dios oye
también las oraciones de los pecadores cuando
van unidas a las de los justos.”
*
17. Léase aquí el suplemento capítulo 13, 8 a
14, 19, que es la oración de Mardoqueo y de
Ester.
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