LaSantaBiblia.com.ar

Ester 2

     

1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14
15 16          

 

Ester es elegida reina

1*Después de esto, calmada ya la ira del rey Asuero, se acordó de Vasti, y de lo que ella había hecho, y de la decisión que se había tomado contra ella. 2Entonces dijeron los servidores del rey, los que le asistían: “Búsquense para el rey jóvenes doncellas de hermosa presencia, 3poniendo el rey comisionados en todas las provincias de su reino, que reúnan a todas las jóvenes doncellas de hermosa presencia en Susa, la capital, en la casa de las mujeres, a cargo de Egeo, eunuco del rey y guarda de las mujeres, y déseles lo necesario para su atavío; 4y la joven que agrade al rey, sea reina en lugar de Vasti.” La propuesta pareció bien al rey, y se hizo así. 5Ahora bien, vivía en Susa, la capital, un judío, llamado Mardoqueo, hijo de Jaír, hijo de Simeí, hijo de Cis, benjaminita, 6que había sido deportado de Jerusalén con los cautivos llevados al cautiverio juntamente con Jeconías, rey de Judá, por Nabucodonosor, rey de Babilonia. 7* Éste había criado a Hadasá, o sea Ester, que era hija de un tío suyo y no tenía ni padre ni madre. La joven era de bella figura y de hermoso aspecto. Mardoqueo la había adoptado por hija, después que ella había perdido su padre y su madre.

8Cuando a raíz de la publicación de la orden del rey y de su decreto, se reunieron en Susa, la capital, muchas jóvenes bajo la vigilancia de Egeo, fue llevada también Ester a la casa del rey y entregada a Egeo, guarda de las mujeres. 9La joven le agradó y halló favor delante de él; por lo cual se apresuró a facilitarle lo necesario para el atavío y la subsistencia y, además, puso a su disposición siete doncellas escogidas de la casa del rey, y la trasladó con sus doncellas al mejor departamento de la casa de las mujeres. 10Éster no decía nada de su pueblo, ni de su parentela, porque Mardoqueo le había prohibido hablar de eso. 11*Todos los días se paseaba Mardoqueo por delante del patio de la casa de las mujeres, para saber cómo le iba a Ester y cómo la trataban.

12Según el reglamento establecido para las mujeres, tocaba a cada una de las jóvenes el turno para ir al rey Asuero, pasados (los doce meses) que exigía su tratamiento cosmético: seis meses con ungüento de mirra, y seis meses con aromas y perfumes para mujeres. 13De esta manera iban las jóvenes al rey, y todo cuanto pedían se les daba para llevarlo consigo de la casa de las mujeres a la casa del rey. 14Entraban por la tarde, y por la mañana volvían a la casa segunda de las mujeres, que estaba bajo la vigilancia de Sasgaz, eunuco del rey, guarda de las concubinas; y ninguna volvía más al rey a menos que éste la desease llamándola nominalmente.

15*Cuando a Ester, hija de Abihael, tío de Mardoqueo, a la cual éste había adoptado por hija, le tocó el turno de ir al rey, no pidió cosa alguna fuera de lo que le había indicado Egeo, eunuco del rey, guarda de las mujeres; porque Ester hallaba gracia a los ojos de todos los que la veían. 16Ester fue llevada al rey Asuero, a la casa real, en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado. 17*El rey amó a Ester más que a todas las mujeres, y ella halló gracia y favor ante él más que todas las jóvenes. Puso la diadema real sobre su cabeza y la hizo reina en lugar de Vasti. 18Y dio el rey un gran banquete para todos sus príncipes y servidores, el banquete de Ester. Concedió también alivio a las provincias, y distribuyó dones con real munificencia.

Mardoqueo salva la vida del rey

19Cuando por segunda vez se buscaron doncellas, Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey. 20*Aún no había manifestado Ester su parentela ni su pueblo, como se lo había ordenado Mardoqueo; pues Ester cumplía las órdenes de Mardoqueo como cuando estaba bajo su tutela. 21*En aquellos días, estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey, Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, que guardaban la puerta, dejándose llevar de la cólera quisieron echar mano al rey Asuero. 22Mardoqueo tuvo conocimiento de esto y lo notificó a la reina Ester; y Ester se lo dijo al rey en nombre de Mardoqueo. 23Fue investigado el asunto y resultó ser cierto, por lo cual los dos fueron colgados en una horca, escribiéndose esto en el libro de los anales en presencia del rey.



* 1. Los edictos de los reyes persas eran irrevocables, por lo cual los cortesanos tuvieron que sustituir a Vasti por otra reina. “Más estas mismas disposiciones fueron los medios de que se sirvió la divina Providencia, para ensalzar a la virtuosa Ester y para librar a su pueblo del exterminio que lo amenazaba” (Scío). “Los filósofos del siglo, dice San Jerónimo, suelen echar del corazón el amor viejo con otro amor nuevo, como quien saca un clavo con otro. De tal artificio se sirvieron los siete príncipes de los persas con el rey Asuero, para templar el amor que tenía a la reina Vasti, con el amor de otras doncellas. Aquéllos curaban un vicio con otro vicio, y un pecado con otro pecado. Más nosotros hemos de vencer los vicios con el amor de las virtudes” (Carta a Rústico, 14).

* 7. Hadasá (Vulgata: Edissa), que significa mirto, era el nombre hebreo, y Ester (estrella) el nombre persa que ella adoptó. Según el griego, era prima de Mardoqueo y estaba destinada a ser su esposa, de acuerdo con la Ley, por ser de su misma tribu.

* 11. En todo esto se ve que Mardoqueo desempeñaba en la corte un cargo que le permitía libre entrada en el palacio.

* 15. No pidió cosa alguna, para adornarse, y sin embargo, agradó al rey. Mujeres cristianas, si queréis agradar al Rey de los reyes y ser sus esposas, dejad los adornos mundanos y tomad el adorno celestial de las virtudes. La vanidad es siempre la señal de un alma vil.

* 17. El rey amó a Ester más, etc.: Aquí empezamos a ver a Ester como figura de la Virgen María, bendita entre todas las mujeres y escogida por Dios para Esposa del Espíritu Santo y Madre del Verbo Encarnado. Cf. 15, 13 ss.

* 20. Ester, no obstante ser elevada a la más alta dignidad, creía necesario más que nunca el consejo de su tío que la había educado en el temor de Dios. Fue pequeña y humilde, y por eso Dios la ensalzó. Cf. Lucas 1, 52.

* 21. La versión griega dice que eran capitanes de la guardia del rey.