Iglesia Remanente

Cantar de los Cantares 7

   

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Esposa

1*¿Por qué miráis a la Sulamita

como las danzas de Mahanaim?

Esposo (¿Rey?)

¡Qué hermosos son tus pies

en las sandalias, hija de príncipe!

Los contornos de tus caderas son como joyas,

obra de manos de artista.

2*Tu seno es un tazón torneado,

en que no falta el vino sazonado.

Tu vientre es un montón de trigo

rodeado de azucenas.

3Como dos cervatillos son tus pechos,

gemelos de gacela.

4*Tu cuello es una torre de marfil,

tus ojos como las piscinas de Hesebón,

junto a la puerta de Bat-Rabim,

tu nariz como la torre del Líbano

que mira hacia Damasco.

5*Tu cabeza está asentada como el Carmelo,

y tu cabellera es como la púrpura:

un rey está preso en sus trenzas.

Esposo (¿o Pastor?)

6 ¡Qué hermosa eres y qué encantadora,

oh amor, con tus delicias!

7Ese tu talle parece una palmera,

y tus pechos, racimos.

8*Subiré, dije yo, a la palmera,

y me asiré de sus ramas.

¡Séanme tus pechos como racimos de uvas!

Tu aliento es como manzanas,

9*y tu boca como vino generoso...

Esposa

que fluye suavemente para mi amado,

deslizándose entre mis labios y mis dientes.

10*Yo soy de mi amado

y hacia mí tienden sus deseos.

11* ¡Ven, amado mío,

salgamos al campo,

pasemos la noche en las aldeas!

12Madrugaremos para ir a las viñas;

veremos si la vid está en cierne,

si se abrieron los brotes,

si han florecido los granados.

Allí te daré mi amor.

13*Ya despiden su fragancia

las mandrágoras;

junto a nuestras puertas

hay toda clase de frutas exquisitas;

las nuevas y las pasadas

he guardado, amado mío, para ti.



* 1. Sulamita: “Parece ser un denominativo patronímico derivado de Sulam o Sunam, villa de la llanura de Esdrelón. Podría también aludir al nombre de Salomón, y, además, evoca en nosotros el recuerdo de Abisag, la Sunamita, que caldeó al viejo rey David (III Reyes 1, 3). El nombre que aquí se da a la Esposa habría sido escogido, como tantos otros del Cantar, por su valor musical y poético, como indica Buzy” (Bover-Cantera). Como las danzas de Mahanaim (cf. Génesis 32, 2). Vulgata: como coros de escuadrones. Otros: como la dama de dos campos. Pasaje muy difícil. Según la concepción general que elige Vaccari, Israel respondería aquí desdeñando algún uso cortesano, por mantenerse fiel a su amado, el pastor. ¡Qué hermosos…! etc. La misma interpretación antes referida ve aquí los elogios lisonjeros del rey o del rival, contrastando con los contenidos en los versículos 6-9, que serían del Esposo-pastor. No nos escandalicemos de las comparaciones que siguen. Son las acostumbradas en Oriente y corresponden al estilo ardiente de aquellos pueblos.

* 2. Un montón de trigo: según San Jerónimo, alusión a la admirable fecundidad de la Esposa, acompañada de la más rara pureza, simbolizada por las azucenas.

* 4. El marfil es símbolo de la pureza. La torre de marfil representaría, según Fray Luis de León, la rectitud y firmeza de los limpios de corazón, que no dejan de decir claramente lo que deben, ni obscurecen con palabras afectadas la pureza y la sencillez del Evangelio. Hesebón, antigua ciudad de Transjordania. El Líbano se compara a una torre por su gran altura. Bat-Rabim: nombre propio cuyo sentido traduce la Vulgata, como de costumbre, en una perífrasis.

* 5. El Carmelo es figura de la belleza y majestad. El segundo hemistiquio dice en la Vulgata: tu cabellera es como púrpura de rey puesta en flecos.

* 8. Tus pechos: en sentido místico suelen tomarse por los dos Testamentos y los dos amores que miran a Dios y al prójimo. Véase 1, 1; 4, 5 y notas.

* 9. Texto muy discutido. Parece suspenderse el discurso del Esposo en el primer hemistiquio (después de vino generoso) y la Esposa lo interrumpe diciendo, que fluye suavemente para mi amado, etc.; plausible versión que sigue en parte también la Vulgata. Mis labios y mis dientes: Otros: los labios delos que se adormecen. Según la interpretación espiritual, ese vino es la misma palabra del Evangelio que, a las almas que se han llenado de él, escuchando al Señor como María, les produce una santa embriaguez, por la cual se elevan sobre las cosas de la tierra para buscar las del cielo. “Este es aquel vino excelente, que salía de la boca de los apóstoles, cuando en un principio hablaban un lenguaje tan nuevo, y anunciaban una doctrina tan desconocida a la falsa sabiduría de los mundanos” (Scío).

* 10. San Juan de la Cruz comenta este versículo diciendo: “Las virtudes y las gracias de la Esposa alma, y las magnificencias y gracias del Esposo Hijo de Dios salen a luz y se ponen en plato para que se celebren las bodas de este desposorio, comunicándose los bienes y deleites de sabroso amor en el Espíritu Santo” (Cantico Espiritual XXX). Hacia mí, etc.: La Vulgata dice literalmente: Él está vuelto hacia mí, en lo cual podemos ver el dogma de la amorosa Providencia (véase Salmo 138 y notas) que parece olvidarse de todo el universo para pensar sólo en nosotros al punto de tener contados, como dice Jesús (Lucas 12, 7), todos los cabellos de nuestra cabeza. Según el hebreo vemos más aún: que somos el objeto de todos los divinos deseos del Esposo. Al que quiere vivir la fe —cosa indispensable para poder ser justo ante Dios (Romanos 1, 17) — no se le puede dar ciertamente una noticia más asombrosa que la de que, no solamente Dios Padre lo está mirando con el amor inalterable de un padre a su hijo (véase Salmo 102, 13), sino también que Jesús lo está mirando como el enamorado a la doncella en quien tiene puesto todo su amor (véase 1, 6 y nota). Y este asombro se transforma en la más inmensa e inconmovible felicidad cuando se descubre y se cree que esta realidad del amor que nos tienen el Padre y el Hijo es una situación ya existente, y no algo que nosotros debamos crear, ya que todos nuestros esfuerzos serían absolutamente incapaces para inspirar ni merecer ese amor, que existe en Dios como una necesidad de su propio Ser (I Juan 4, 8 y 16) y que precede a todos nuestros actos según la maravillosa revelación de San Juan: Dios nos amó primero (I Juan 4, 10). De ahí la exclamación que San Pablo deja escapar en Romanos 11, 35 en medio del himno de admiración que entona precisamente con motivo del indecible amor que revelan los designios de Dios sobre Israel.

* 11. Véase 1, 8 y nota. Fray Luis de León, autor él mismo del célebre elogio de la vida retirada, refiriendo este versículo a las almas que buscan ansiosamente la soledad, dice: “Las almas perfectas en el estar a solas con Dios viven, y en el destierro de todas las cosas descansan... Porque en esta pureza hallan junta así la pureza de Dios, y los resplandores de su santa luz reverberan luego en espejo tan limpio.” Véase también al respecto Salmo 54, 7 ss. y nota.

* 13. A las mandrágoras se atribuía una virtud fecundante. Véase Génesis 30, 14, donde Raquel las pide a su hermana Lía. Alusión profética a la fecundidad de la Esposa.