Iglesia Remanente

Salmo 98

       

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* (Alef 1-8) (Bet 9-16) (Guimel 17-24) (Dalet 25-32) (He 33-40) (Vau 41-48) (Zain 49-56) (Het 57-64) (Tet 65-72) (Yod 73-80) (Caf 81-88) (Lamed 89-96) (Mem 97-104) (Nun 105-112) (Samec 113-120) (Ayin 121-128) (Pe 129-136) (Sade 137-144) (Qof 145-152) (Resch 153-160) (Sin 161-168) (Tau 169-176)

 

Salmo 98 (99)

Santidad del Rey

1*Reina Yahvé, tiemblan los pueblos.

Sentado se ha sobre los querubines;

se conmueve la tierra.

2Grande es Yahvé en Sión,

y excelso sobre todos los pueblos.

3Celebrado sea tu Nombre, grande y tremendo:

¡Santo es!

 

4*Y sea el honor para el Rey que ama la justicia.

Tú has establecido lo que es recto;

Tú ejerces la justicia y el imperio en Jacob.

5*Ensalzad a Yahvé nuestro Dios,

y ante el escabel de sus pies, postraos:

¡Santo es!

 

6*Moisés y Aarón

están entre sus sacerdotes,

y Samuel

entre los que invocan su Nombre;

invocaban a Yahvé

y Él los escuchaba.

7En la columna de nubes

les hablaba;

oían sus mandamientos,

y la Ley que les dio.

 

8*Oh Yahvé Dios nuestro,

Tú los escuchaste;

fuiste para ellos un Dios propicio,

bien que castigaste sus infracciones.

9Ensalzad a Yahvé nuestro Dios,

y postraos ante su santo monte,

porque Santo es Yahvé, Dios nuestro.



* 1. “También este Salmo trata del reino de Dios, contemplando. especialmente la santidad del Señor, manifestada en su reino. Esta santidad resalta en el epifonema de los versículos 3, 5 y 9, por el cual se divide el Salmo en tres estrofas desiguales: I. Se afirma el reino, sobre todos los pueblos, del Señor que está presente en el Templo, sentado sobre- los querubines (1-3); II. Propia de su reino es la justicia, que ejerce en el pueblo de Israel (4); III. Otra virtud de su reino es la gracia con que habló a Moisés, Aarón y Samuel, a quienes había sido propicio aun cuando los castigo en su desobediencia (6-8). En el epifonema de los versículos 5 y 9, el pueblo es exhortado a prosternase ante el Señor presente sobre el arca” (Salterio Romano). El vate ve destruidas todas las naciones amotinadas contra el Señor (Salmos 2, 2; 47, 5; 109, 5 s.; II Tesalonicenses 2, 8; Apocalipsis 16, 14 ss.; 17, 14; 19, 19), que tiene su trono en Sión (Salmo 64, 2) y mira proféticamente hacia Cristo. Rey y Señor de los tiempos futuros. “Diferenciase este Salmo de los anteriores en que al celebrar a Cristo-Rey llama la atención no sobre la alegría, sino sobre el terror que ha de experimentar la tierra en el advenimiento de su reinado” (Bover-Cantera). Se conmueve la tierra: Cf. Salmos 95, 9; 96, 4; Apocalipsis 6, 12; 16, 17 s. Sobre los querubines: Cf. Salmo 79, 2; Éxodo 25, 22; I Reyes 4, 4; II Reyes 6, 2.

* 4. Sobre esta justicia véase Salmo 71, 2 y nota.

* 5. Escabel de sus pies: El arca santa. Cf. I Paralipómenos 28, 2; Salmo 131, 7. Varias veces se da ese nombre también a toda la tierra (Isaías 66, 1; Hechos 7, 49), y así lo dice Jesús en Mateo 5, 35. Muchas veces en sentido profético se dice esto de los enemigos de Cristo, a quienes el Padre pondrá bajo sus pies (Salmo 109, 1; Mateo 22, 44; Hechos 2, 35; Hebreos 1, 13; I Corintios 15, 25, etc.). Aquí se trata, como lo dicen los versículos 2 y 9, del trono y santuario del gran Rey en Sión (Salmo 64, 2; Ezequiel 43, 7 y notas). Sobre el misterio del Arca, véase Ezequiel 41, 26 y nota.

* 6. Moisés recibe aquí el rango de sacerdote aunque no lo era. También a David aceptó Dios que le ofreciera holocausto, lo cual era función sacerdotal (II Reyes 6, 17 ss.). En cambio rechazó a Saúl que hizo lo mismo (I Reyes 13, 9; 14, 34-37; 15, 12 ss.). Cf. Apocalipsis 1, 6; 5, 10. En cuanto a Samuel, véase lo que profetizó su madre al presentarle a Dios en Silo (I Reyes 2, 10).

* 8. Castigaste: Alude a que Moisés y Aarón, por falta de confianza en Dios, no pudieron entrar en la tierra de promisión (Números 20, 12; 27, 14; Deuteronomio 3, 23-29). En cuanto a Samuel, léase I Reyes 8, 1 ss.; 16, 1.