Iglesia Remanente

Salmo 20

       

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Salmo 20 (21)

Acción de gracias por la victoria del Rey

1*Al maestro de coro. Salmo de David.

2Oh Yahvé, de tu poder se goza el rey,

y está lleno de alegría por tu auxilio.

3Cumpliste el anhelo de su corazón,

y no frustraste

la petición de sus labios.

4Lo previniste con faustas bendiciones,

corona de oro puro pusiste en su cabeza.

 

5*Te pidió la vida

y le has dado días

que durarán por los siglos de los siglos.

6*Gracias a tu socorro

es grande su gloria;

lo colmaste de honor

y de magnificencia.

7*Porque has hecho

que él sea una bendición

para siempre,

y lo has llenado de alegría

con el gozo de tu vista.

8Pues el rey confía en Yahvé,

y merced al Altísimo

no será conmovido.

 

9Descargue tu mano

sobre todos tus enemigos;

alcance tu diestra

a los que te aborrecen.

10*Cuando tu rostro aparezca

los pondrás como en un horno encendido.

El Señor los destruirá en su ira,

y el fuego los devorará.

11Quita de la tierra su descendencia,

y su raza de entre los hijos de los hombres.

12Y si dirigen sus malas artes contra Ti

y maquinan insidias, nada podrán.

13Porque Tú los pondrás en fuga

al dirigir tu arco hacia su rostro.

14*Levántate, Yahvé, en tu poderío,

y con salmos celebraremos tus hazañas.

 



* 1. Según la opinión común, este Salmo es como la segunda parte del precedente, formando la acción de gracias después de la derrota de los enemigos. En sentido típico debemos ver en este rey a Cristo, según resulta de los versículos 5, 7, y 10.

* 5. Solamente en Cristo “el Hijo de David” ha de cumplirse la promesa de la duración eterna de la casa de David. El mismo sentido se desprende del versículo 7.

* 6. Este versículo como los anteriores, contiene el verdadero elogio de todo hombre santo, amigo de Dios. Por eso son muy usados en la Liturgia. En ellos no se alaban virtudes propias de hombre alguno, sino las maravillas que la gracia obra en nosotros (Eclesiástico 15, 5 y nota). Lo vemos en el lenguaje del Ángel con María, reina de todos los santos, al felicitarla por haber hallado gracia ante Dios (Lucas 1, 28 y nota). A Él hemos de admirar en sus santos (Salmo 67, 36 según la Vulgata), y por eso ellos se ocultaron a sí mismos para no robarle al Padre la gloria (Isaías 42, 8; 48, 11; I Timoteo 1, 17). No otra cosa hizo el mismo Jesús adorando constantemente al Padre, atribuyéndole todas las obras que Él hacía y repitiéndonos expresamente que Él no buscaba su gloria (Juan 8, 50) sino la del Padre que lo envió (Juan 7, 18).

* 7. Con el gozo de tu vista: Véase Salmo 16, 15 y nota.

* 10. Como en un horno encendido: Manifiesta el rápido exterminio de los enemigos en el gran día de la venganza que sucederá al de la misericordia, aun presente para nosotros (Isaías 61, 2; Malaquías 4, 1 ss.).

* 14. Fillion comenta este final diciendo: “Israel será colmado de felicidad al celebrar para siempre estas manifestaciones del divino Poder.”