Levítico 26 |
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IV.
CONCLUSIONES
Bendiciones
1*
“No
os hagáis ídolos, ni erijáis imágenes ni estelas de culto;
no coloquéis en vuestra tierra piedras esculpidas para
postraros ante ellas, porque Yo soy Yahvé, vuestro Dios.
2*Observad
mis sábados, y respetad mi Santuario. Yo soy Yahvé. 3*Si
siguiereis mis leyes y guardareis mis mandamientos,
poniéndolos en práctica, 4os enviaré las lluvias
a su tiempo, para que la tierra de sus productos y el árbol
del campo su fruto. 5*
El tiempo de trillar la mies se prolongará entre vosotros
hasta la vendimia, y la vendimia se prolongará hasta la
siembra, y comeréis vuestro pan en abundancia, y habitaréis
en seguridad en vuestra tierra. 6Yo daré paz al
país, y dormiréis sin que nadie os espante; haré desaparecer
del país las bestias feroces, y la espada no pasara por
vuestra tierra. 7Perseguiréis a vuestros
enemigos, que caerán ante vosotros al filo de la espada.
8Cinco de vosotros perseguirán a cien, y cien de
vosotros pondrán en fuga a diez mil; y vuestros enemigos
caerán ante vosotros al filo de la espada. 9Yo
volveré hacia vosotros mi rostro. Yo os haré fecundos y os
multiplicaré y mantendré mi alianza con vosotros. 10Comeréis
frutos añejos, muy añejos, hasta echar fuera los añejos para
dar cabida a los nuevos. 11*Estableceré
mi morada en medio de vosotros, y no os detestará mi alma.
12En medio de vosotros marcharé, y seré vuestro
Dios, y vosotros seréis mi pueblo. 13Yo soy
Yahvé, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto,
para que no fueseis sus esclavos; rompí las coyundas de
vuestro yugo y os hice andar erguida la cabeza.
Amenazas y maldiciones
14*Pero
si no me escucháis ni cumplís todos estos mandamientos;
15si despreciáis mis leyes y rechazáis mis preceptos,
no haciendo caso de todos mis mandamientos y rompiendo mí
pacto, 16mirad lo que Yo entonces haré con
vosotros: Traeré sobre vosotros el espanto, la consumación y
la fiebre, que os abrasen los ojos y os consuman el alma.
Sembraréis en vano vuestra semilla, pues se la comerán
vuestros enemigos. 17*Me
volveré contra vosotros, de modo que seréis derrotados ante
vuestros enemigos; os tiranizarán los que os aborrecen, y
huiréis sin que nadie os persiga.
18Si
ni aun con esto me obedeciereis, volveré a castigaros siete
veces más por vuestros pecados. 19Quebrantaré
vuestra orgullosa fuerza y haré vuestro cielo como hierro y
vuestra tierra como bronce. 20Os esforzaréis
inútilmente, pues vuestra tierra no dará sus productos, ni
el árbol del campo sus frutos. 21Y si siguiereis
oponiéndoos a Mí y no quisiereis oírme, volveré a castigaros
siete veces más a causa de vuestros pecados. 22Soltaré
contra vosotros las fieras del campo, que os privarán de
vuestros hijos, destrozarán vuestro ganado y os reducirán a
pocos, de modo que vuestros caminos queden desiertos.
23Si
aun con esto no os dejareis corregir por Mí sino que
siguiereis en oposición conmigo, 24Yo también me
opondré a vosotros, y os castigaré también por mi parte
siete veces más por vuestros pecados. 25Traeré
sobre vosotros la espada de la venganza que vengue mi pacto;
y si os refugiareis en vuestras ciudades, enviaré la peste
en medio de vosotros y seréis entregados en mano de vuestros
enemigos. 26Cuando Yo os quebrantare el sostén
del pan, diez mujeres cocerán
(todo) vuestro pan
en un solo horno, y os lo darán por peso; comeréis y no os
saciaréis.
27Si
después de esto todavía no obedeciereis y siguiereis
oponiéndoos a Mí, 28Yo me opondré a vosotros con
saña, y os castigaré Yo también siete veces más por vuestros
pecados. 29*Comeréis
la carne de vuestros hijos, y también la carne de vuestras
hijas devoraréis. 30*Destruiré
vuestros lugares altos, abatiré vuestras estatuas, echaré
vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, y
mi alma os detestará. 31Convertiré vuestras
ciudades en desiertos y devastaré vuestros santuarios, no
aceptaré ya más el olor grato de vuestros sacrificios;
32y asolaré el país a tal extremo, que queden atónitos
vuestros mismos enemigos al ocuparlo. 33*A
vosotros, empero, os esparciré entre las naciones, y
desenvainaré la espada en pos de vosotros. Vuestro país será
un yermo, y vuestras ciudades un desierto.
34Entonces
disfrutará la tierra de sus sábados, todos los días que dure
la desolación y vosotros estéis en la tierra de vuestros
enemigos; entonces sí que descansará la tierra y gozará de
sus sábados. 35Durante todo el tiempo de la
desolación descansará, lo que no pudo hacer en vuestros
sábados cuando habitabais en ella.
36*A
los que quedaren de vosotros, les infundiré abatimiento en
sus corazones en la tierra de sus enemigos; el ruido de una
hoja que se vuela, los pondrá en fuga, huirán como quien
huye de la espada, y caerán sin que nadie los persiga.
37Se atropellarán unos a otros, como delante de la
espada, aunque nadie los persiga; y no podréis levantaros en
presencia de vuestros enemigos. 38Pereceréis
entre las naciones, y os devorará la tierra de vuestros
enemigos. 39Y quienes de vosotros sobrevivan,
serán consumidos por su propia iniquidad en los países de
vuestros enemigos; y también por las iniquidades de sus
padres serán consumidos como ellos.
Conversión de Israel
40Entonces
cuando confesaren sus iniquidades y las iniquidades de sus
padres, las que cometieron contra Mí por sus infidelidades;
y cuando confesaren cómo me resistieron, 41*y
cómo Yo por eso mismo resistí a ellos y los llevé al país de
sus enemigos; cuando se doblegare su corazón incircunciso, y
ellos aceptaren el castigo de su iniquidad, 42Yo
entonces me acordaré de mi alianza con Jacob, y también de
mi alianza con Isaac, y asimismo de mi alianza con Abrahán;
y me acordaré del país. 43Pero antes la tierra
será abandonada por ellos y disfrutará de sus sábados,
mientras quede desolada en su ausencia. Entretanto aceptarán
el castigo de su iniquidad, por cuanto desecharon mis leyes
y su alma detestó mis mandamientos. 44Pero aun
con todo esto, estando ellos en tierra enemiga, no los
desecharé ni los detestaré hasta destruirlos, anulando mi
alianza con ellos, porque Yo soy Yahvé, su Dios, 45sino
que me acordaré en favor de ellos, de la alianza hecha con
sus padres, a quienes saqué de la tierra de Egipto, a vista
de las naciones, para ser su Dios. Yo soy Yahvé.”
46Estos
son los mandamientos, estatutos y leyes que Yahvé estableció
entre Él y los hijos de Israel en el monte Sinaí, por boca
de Moisés.
*
1. Este capítulo ha de leerse juntamente con los
capítulos 29 y 30 del Deuteronomio. Es de notar que
todas las sanciones de la Ley de Moisés son
temporales. “Santo Tomás da como razón de esto la
imperfección del pueblo, incapaz de apreciar los
bienes y males espirituales (Suma Teológica I-II q.
99, a. 6). Es muy de tener en cuenta esta
condescendencia divina a la condición del pueblo,
condescendencia que desde la Ley se prolonga en casi
todo el Antiguo Testamento, hasta los escritos de
los postreros siglos del judaísmo. El Espíritu Santo
va poco a poco abriendo los horizontes celestiales
al pueblo, que sobre todo después de la vuelta del
cautiverio, no gozaba de aquella felicidad que
creían les había sido prometida por los profetas”
(Nácar-Colunga).
Estelas de
culto, en hebreo massebah, pequeñas columnas de
piedra que representaban a Baal. Cf. Éxodo 34, 13 y
nota.
*
2. Respetad mi
Santuario: El P. Páramo hace notar que los
hebreos antes de entrar en el templo se quitaban el
calzado y dejaban a la entrada el bastón que
llevaban en la mano. Nunca atravesaban el Templo
para pasar de un lado a otro, y salían de él sin
volver jamás las espaldas al Santuario.
*
3. En Palestina, más que en otros países, las
lluvias son un don de Dios. Hay dos cortos periodos
de lluvia, de los cuales depende la cosecha. Esto
explica expresiones como la del Salmo 142. 6.
*
5. Descripción gráfica de la fertilidad del país
prometido. La mies alcanza la vendimia, y ésta
durará basta el tiempo de sembrar.
*
11 s. Citada en forma libre por San Pablo en II
Corintios 6, 16, para mostrar que somos templos de
Dios y participamos de las bendiciones dadas a
Israel, que, si bien se refieren sólo a bienes
materiales (cf. nota 1), son figuras de cosas
invisibles de orden sobrenatural, imágenes del Reino
de Jesucristo; pues “la ley no es sino una sombra de
los bienes venideros, no la imagen misma de las
cosas” (Hebreos 10, 1). Cf. Éxodo 29, 4S y nota.
*
14 ss. Siendo Israel un pueblo de dura cerviz, le da
Dios, por razones de educación espiritual, no
solamente promesas, sino que lo amenaza también con
castigos. Nada más patético que esta insistencia de
un Dios celoso, temiendo siempre nuevas
infidelidades, que desgraciadamente se cumplieron.
La multitud de amenazas y promesas contribuía además
a despertar en los mejores el deseo del Mesías y de
su reino de gracia y amor. En este sentido la Ley
era pedagogo para conducirnos a Cristo (Gálatas 3,
24).
*
17. Sin que
nadie os persiga: Es ésta la característica de
la mala conciencia que tiembla ante el castigo que
no ha de tardar.
*
29. Comeréis la carne de vuestros hijos: Cf. IV
Reyes 6, 28 s.
*
30. Lugares
altos. Así se llamaban los lugares de culto que
los cananeos erigían en colinas y alturas vecinas a
las ciudades.
Estatuas: Traducción insegura. Según algunos se
trataba de imágenes del sol.
*
33 ss. Cf. Deuteronomio 28, 64-68.
34 s.
Sus sábados,
esto es, el reposo prescrito por la ley del año
sabático, el que los israelitas tantas veces
violaron. Cf. 25, 1 ss. Se cumplió esta amenaza en
el tiempo del cautiverio, durante el cual el país
quedó sin cultivar y pudo descansar por espacio de
setenta años.
*
36. Huirán...
y caerán: Y sin embargo, Dios no los aniquilará
por completo. La raza judía queda, y se mantiene
fuerte y poderosa en la dispersión en que vive desde
hace veinte siglos, resistiendo a todas las
persecuciones que tuvo que sufrir en la antigüedad,
en la Edad Media y en los tiempos modernos.
*
41. Es como una profecía de la conversión de los
judíos, anunciada para el fin de los tiempos por San
Pablo (Romanos capítulo 11).
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